Norma Legal Oficial del día 14 de julio del año 2019 (14/07/2019)


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TEXTO DE LA PÁGINA 11

El Peruano / Domingo 14 de julio de 2019

NORMAS LEGALES

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colectivos de los pueblos y otras expresiones o manifestaciones culturales que en conjunto conforman nuestra diversidad cultural; Que, el literal b) del artículo 7 de la Ley N° 29565, Ley de creación del Ministerio de Cultura, modificado por el Decreto Legislativo N° 1255, establece que es función exclusiva del Ministerio de Cultura realizar acciones de declaración, generación de catastro, delimitación, actualización catastral, investigación, protección, conservación, puesta en valor, promoción y difusión del Patrimonio Cultural de la Nación; Que, el artículo 55 del Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Cultura, aprobado mediante Decreto Supremo N° 005-2013-MC, establece que la Dirección de Patrimonio Inmaterial es la unidad orgánica encargada de gestionar, identificar, documentar, registrar, inventariar, investigar, preservar, salvaguardar, promover, valorizar, transmitir y revalorizar el patrimonio cultural inmaterial del país, en sus distintos aspectos, promoviendo la participación activa de la comunidad, los grupos o individuos que crean, mantienen y transmiten dicho patrimonio y de asociarlos activamente en la gestión del mismo. Depende jerárquicamente de la Dirección General de Patrimonio Cultural; Que, mediante Oficio N° 061-2019-IIAP-P de fecha 08 de marzo de 2019, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana­IIAP presentó la solicitud de declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación de los Tejidos del pueblo urarina, con el respaldo de múltiples comunidades nativas representadas a través de la Asociación Indígena de Desarrollo de la Cuenca del Río Chambira­AIDECURCHA, la Federación de Pueblos Indígenas Urarinas del Río Chambira­FEPIURCHA y la Federación de Comunidades Nativas del Marañón y Chambira­FECONAMACH; Que, mediante Informe N° D000131-2019-DGPC/MC, de fecha 25 de junio de 2019, la Dirección General de Patrimonio Cultural hizo suyo el Informe N° D0000552019-DPI/MC, emitido por la Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del cual recomendó declarar como Patrimonio Cultural de la Nación a los Conocimientos, saberes y técnicas asociados al tejido del cachiguango o ela del pueblo urarina como Patrimonio Cultural de la Nación; Que, los primeros datos sobre el pueblo urarina se remontan a la época colonial y son parte de los registros realizados por la Orden Jesuita durante el establecimiento de misiones o reducciones indígenas primero en el río Chambira y, luego, en el río Marañón. Estas consistieron en la conformación forzada de poblados indígenas organizados y administrados por los sacerdotes jesuitas como parte de su obra civilizadora y evangelizadora y cuyo objetivo principal fue crear sociedades a imagen de las sociedades cristianas de Europa; Que, con la expulsión de los jesuitas en 1767 ordenada por el rey Carlos III, las misiones comenzaron a ser abandonadas por los urarina, que se adentraron nuevamente en los bosques. Entre mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX, el pueblo urarina volvió a ser contactado de manera violenta debido al interés de extracción de caucho en la zona, impactando de manera importante la forma de vida de este pueblo pues mucha de su población fue esclavizada y trasladada a asentamientos situados a lo largo del río Marañón, la cuenca del Chambira, y el bajo Amazonas, donde la mayoría pereció por las condiciones de esclavitud y epidemias. Según los investigadores Manuel Cornejo y Alberto Chirif, los años de barbarie cauchera trajeron como resultado la disminución poblacional de los pueblos afectados, así como la desarticulación de los clanes como unidades fundamentales de su organización; Que, una vez culminada dicha etapa, siguieron otros periodos de explotación de recursos naturales como el de la extracción de hidrocarburos durante las últimas décadas. Actualmente, este pueblo habita en las cuencas de los ríos Chambira, Marañón, Tigrillo, Patayacu y Corrientes en el departamento de Loreto, provincia Loreto, distrito de Urarinas. Su población asciende aproximadamente a 6228 personas; Que, según el antropólogo Emanuele Fabiano, no existe un consenso sobre la etimología correcta del

etnónimo urarina. Los propios integrantes del pueblo mencionan que la palabra deriva de uruari, vocablo usado para referirse a la papa huitina (xanthosoma sagittifolium), ampliamente cultivada y utilizada en su culinaria tradicional. Al respecto, el antropólogo Bartholomew Dean remite a una narración popular de la tradición oral de las comunidades urarina del río Chambira que refuerza esta creencia, señalando a un sacerdote como el primero que utilizó este nombre al haber recibido, de manos de miembros del pueblo urarina, las raíces de uruari en muestra de amistad y buena voluntad. Actualmente, este pueblo se reconoce como urarinaaüru o "los urarina". Que, tras cientos de años de exclusión y olvido, este pueblo ha demostrado tener una enorme resistencia ante presiones externas, lo que se manifiesta en la vigencia de su lengua, su auto reconocimiento como pueblo indígena y la continuidad de algunas de sus prácticas tradicionales como el tejido del cachiguango o ela, término que hace referencia a los tejidos urarina hechos con fibra de aguaje (mauritia flexuosa) o alaa. Estos se hacen con telar de cintura y están constituidos por la yuxtaposición de hilos de distintos colores. El telar de cintura está integrado por las siguientes partes: el bastón superior o aaji, el bastón separador o mumeei, el bastón de lizos o jichu nüjüa, la espada o ubina, el bastón inferior katünaji, la bobina o bichu nüjüa y la cuerda de cintura o amew. Todas las partes que conforman el telar de cintura permanecen y se usan en el interior de las viviendas; Que, la elaboración del cachiguango o ela consiste en pasar los hilos, o aune, por el bastón superior y el inferior. El bastón superior se encuentra a un metro y medio de altura y está atado a dos horcones que se encuentran clavados en el suelo. La distancia que separa a los bastidores superior e inferior varía dependiendo de la longitud del tejido y el ancho depende de la tejedora aunque no excede los cincuenta centímetros. La distribución de los hilos se realiza por colores, de acuerdo al estilo de cada tejedora y, con una tensión precisa y similar entre todos ellos, se entrecruzan a modo de un ocho alargado entre los bastones superior e inferior; Que, los principales colores con los que los hilos de fibra de aguaje son teñidos son el rojo o lanaji, extraído de una planta conocida como lüriane; el naranja o lanaajiujuai, extraído de la cúrcuma, guisador o küsaduru; el negro o jichuji, obtenido de una tierra oscura conocida como itanicha y también se usa la fibra en su color natural. Las plantas utilizadas para el teñido son recolectadas de la chacra o cerca de las casas y la fibra del aguaje es recolectada de los múltiples aguajales que rodean las comunidades urarina. Actualmente, también se usan hilos de lana de colores más vivos, las cuales se compran en mercados locales y que son entretejidos con los hilos de fibra de aguaje; Que, el cachiguango o ela es usado como artículo personal a modo de tapete sobre el cual se descansa por las noches y con el que también se pueden elaborar pequeñas almohadas. El aprendizaje de elaboración de este producto se realiza en el espacio familiar, en donde las niñas miran a sus madres, abuelas y otras mujeres tejer, aunque antes se hacía, principalmente, en el marco de un ritual de paso llamado ña latúa que comenzaba con la primera menstruación o ichauuenaniia. Emanuele Fabiano afirma que en la actualidad, dicho ritual ya no se practica de manera frecuente o se realiza de manera parcial; sin embargo este sigue siendo importante en el imaginario urarina; Que, Bartholomew Dean, citando a la investigadora Annette Weiner, afirma que el cachiguango o ela también es una "especie de moneda", producida y regulada por las mujeres y que adquiere valor a través de su circulación dentro de múltiples esferas de intercambio. Por ello su producción, circulación y consumo es esencial para la reproducción de la sociedad urarina, y su elaboración es una actividad que une el pasado ancestral de los urarina con el presente a través del vínculo generado entre la maestra tejedora y la joven aprendiz. Durante el proceso se fortalecen las habilidades sociales de las púberes, se perpetúa la identidad urarina, y se enriquecen los intercambios sociales y económicos entre este y otros pueblos;